Carta 16: Ideas para Conversar Abiertamente en Nuestros Trabajos

Hoy las redes son parte de nuestras vidas, dónde publicamos y recibimos ideas, hechos, programas y vidas. Las ventas y servicios que aparecen en red se recomiendan con un “Like”. El economista Niall Ferguson, en su libro “The Square and the Tower”, estudia la estructura de las redes diciendo que aquellos puntos con más conectividad se transforman en “hubs” o puntos centrales del entramado comunicacional. ¿Cómo están tu conectividad? ¿De qué te podés responsabilizar para potenciar tu propia conectividad y la de tu empresa?

Es un oxímoron imaginar en empresas modernas de vanguardia con niveles de comunicación desastrosos. Las empresas que se destacan son aquellas versátiles, ágiles, con organigramas cada vez más chatos, con gente muy capacitada en diferentes niveles y con una comunicación impecable, tanto interna como externa. El que no comunica, pierde.

Me parece absolutamente revolucionaria ver a la empresa como un “sistema de conversaciones”. Este concepto, elaborado por Rafael Echeverría, líder en coaching ontológico, gestión empresarial, desarrollo de liderazgo y equipos. En definitiva, las empresas se forman por personas conectadas entre sí que suman inteligencia y acciones colectivas conversando. Si hay cortocircuitos no hay un libre fluir del sistema que pierde potencia y efectividad.

Muchísimas firmas están trabajando duro para pasar de un esquema de comunicación vertical a uno más colegiado. Esto requiere valentía y la voluntad de romper viejos paradigmas. Es una realidad que también brinda una tremenda oportunidad a los mandos medios para empoderarse. Empero, todos tenemos que hacernos cargo de ese cambio.

Algunos lineamientos para que esta transición sea exitosa:

  1. Diálogo Fluido en la Cúpula: Lograr un buen nivel de comunicación entre socios y directivos es crucial. Esto se refleja a lo largo y ancho del organigrama ya que habilita a hacer lo propio a todo nivel. Incluso entre los altos ejecutivos, las pasiones, miedos, culpas, rencores y dudas pueden impedir que se ponga lo que verdaderamente se piensa sobre la mesa. Las conversaciones no dichas quedan en el ámbito personal como rumiaciones y desconfianzas. La falta de conectividad entre pares genera cortocircuitos que se traducen en todo el organigrama, frenando la inteligencia colectiva que un equipo cohesionado puede aportar.
  2. Contexto Adecuado: Para avanzar en la comunicación, hay que tomar el toro por las astas, hablar y hacerse cargo de las consecuencias. Las palabras clave son: fomentar confianza, respeto, apertura a la escucha de otras miradas y críticas, y búsqueda de un interés compartido. Tal vez sea necesario pedir ayuda a un externo si el diálogo está muy trabado. Es conveniente estipular encuentros regulares entre pares para hablar a calzón quitado.
  3. Autoescucha: Si sentís que nadie te escucha, pregúntate si vos te estás escuchando. Independientemente de dónde estés en el organigrama, rumiaciones imparables, dolores en el cuerpo y emociones en montaña rusa son síntomas que alertan sobre la necesidad de centrarte. Es fundamental darte tiempo para escucharte, alineando lo que pensás con lo que sentís, decís, hacés y percibís. Minimizando tus propios ruidos es como mejor podés conectar con otros.
  4. Derecho y Obligación de Comunicar: Ejercé tu derecho y también tu obligación de comunicarte mejor. Las emociones restrictivas atentan contra la expresión de lo que pensás o sentís. Preguntate: ¿Qué gano con callarme, con no pedir u ofrecer? Está en tu decisión salir del papel de víctima y conectarte mejor si sentís que andás flojo por ese lado. Ayudás a tu empresa empujando por una mejor conectividad hacia abajo, arriba y hacia los costados. Tomá coraje para enfrentar tus miedos y expresate. Como dice el dicho, el valiente muere solo una vez, el cobarde todos los días.
  5. Pensamiento Múltiple: Virá hacia un estilo de pensador “múltiple” en vez de “único”. Me encanta cómo las empresas de Silicon Valley muestran que trabajan en comunidades donde las ideas fluyen entre mentes brillantes, se retroalimentan y se potencian. Aunque sin duda habrá egos y recelos, son las empresas que llevan la delantera tecnológica y de negocios. El “yo me las sé todas” es tal vez el principal impedimento para aceitar un sistema de conversaciones y le pone un límite férreo. Abrite a otras opiniones, exigí también valor del otro lado pero sin cerrarte. Si algo tenemos las personas es la capacidad de crecer en conjunto.

Somos: Ricardo Cavanagh y Pablo Pereyra Iraola consultores ontológicos, que venimos del sector corporativo financiero, combinando un bagaje que nos entusiasma para poder brindarte valor en nuestro asesoramiento a de profesionales y empresas.

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