Si graficamos la volatilidad del crecimiento económico argentino , sería como ver el ritmo del corazón en un electrocardiograma. La inflación sin freno , alimentada por déficits fiscales permanentes , se convirtió en nuestra moneda en una montaña rusa que sumó 13 ceros en cuatro décadas. El país se ha enfrentado a varias cesaciones de pago de su deuda , siendo la del 2001 una de los más fuertes. El crédito bancario ha sido muy escaso. Aún así, sin embargo, muchas empresas no solo lograron mantenerse a flote, sino que también prosperaron. ¿Cómo lo hicieron en un escenario donde la única constante es la incertidumbre?
¿Cómo pudo Argentina ser la casa de empresas como Mercado Libre y Globant , convirtiéndolas en líderes unicornios en Latinoamérica? Los desafíos que enfrentamos en Argentina pueden ser una lección valiosa para entender los obstáculos que pueden surgir en cualquier parte del mundo. Emprender aquí es como adentrarse en la sabana africana. Cocodrilo que se duerme es cartera. Surgen dos preguntas cruciales para cualquier empresario argentino:
¿Tenés el valor para capitanear un velero entre olas gigantes ? Si no, ni lo intento. Requerís decisiones firmes , determinación y la capacidad de adaptarte rápidamente a las tormentas que vendrán. Es esencial que cuentes con un equipo unido, que esté alineado con vos como capitán, y que se comunique exitosamente, manteniendo la autogestión para no naufragar .
Es crucial que tengas en claro cuál es tu tabla de salvación ante un posible naufragio del Titanic . La realidad exige centrar la energía en atender a los clientes que pagan bien y cuya demanda es inelástica. Evitar gastos innecesarios e inversiones faraónicas basadas en la expectativa de períodos de bonanza eterna. La eficiencia debe buscarse con la menor inversión posible . Tomar deuda muy alta en la moneda equivocada en el momento inadecuado puede ser devastador ante una devaluación repentina o un cambio del ciclo económico. Siempre hay que estar alerta ante los movimientos relativos entre los precios y costos.
Anticipar el cambio es esencial . En Argentina hemos experimentado ciclos adversos seguidos de períodos de bonanza. Hay que ajustar las velas cuando sopla el viento fuerte en contra y tener preparado el spinnaker para aprovechar el viento a favor “a full” . Mantener el barco en perfectas condiciones y cuidar de mantener al mejor equipo motivado y preparado son claves. Descapitalizarse en personas y activos es un error fatal .
Innovar, innovar y seguir innovando . Una frase argentina dice que el país puede cambiar 180 grados si te vas diez días, pero siempre sigue siendo el mismo si volvés en diez años. Se refiere a que la economía está plagada de ciclos cambiantes alrededor de crisis recurrentes. Esto exige una innovación constante para sobrevivir al cambio , que es lo único seguro. Por supuesto, esto conlleva un precio emocional y físico que debemos cuidar, ya que el tiempo para descansar es limitado.
Focalizá siempre a la esperanza. El empresario argentino resurge de cada crisis redoblando su apuesta . Siempre espera un país mejor que haga la vida un poco menos agitada, permitiéndole pensar estratégicamente a largo plazo. Los momentos difíciles nunca son eternos, y aquellos que apostaron con coraje y prudencia terminan ganando. En Argentina y en cualquier parte del mundo, quien no arriesga no gana.
¿Te parece que estás cumpliendo con estas necesidades para capitanear bien tu velero o algo te está faltando para poder navegar mejor las tormentas y aprovechar los momentos buenos?
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