¿De qué manera armonizás anhelo y dilema? En muchas ocasiones, los anhelos laborales vienen acompañados de conflictos. Si el anhelo sobrepasa al conflicto, actuás; si es al revés, te detenés. Por ejemplo, optar entre compartir con amigos o ejercitarse es sencillo, pero alcanzar metas que requieren esfuerzo adicional puede ser más complicado.
¿Qué tan enérgico deseas lo que perseguís? Podés aspirar a multiplicar los resultados como propietario de una empresa, pero le tenés temor al riesgo. O deseas crecer en liderazgo como ejecutivo, pero evitarás los enfrentamientos. También podrás liderar un equipo y desear una mayor fluidez, pero no estarás dispuesto a escuchar. Hay muchos ejemplos. Son todos los dilemas que seguramente te enfrentarás a diario.
¿Qué tan dividido estás interiormente? Lo peor que te puede suceder es que tengas demasiadas incertidumbres para avanzar. Ayúdate dirigiendo tus acciones hacia una dirección principal. Trabaja tu norte para liberarte de incertidumbres.
El primer principio para priorizar deseos es conectar intelecto y corazón. Inés Ordoñez de Lanús, fundadora de EDUCAR, Camino al Corazón, sugiere equilibrar Pensamientos, Acciones, Emociones, Percepciones y Comunicación. De esta manera, en ese punto de equilibrio, identificarás tus deseos más profundos alineados con tu totalidad.
El segundo principio es formar hábitos. Según Stephen Covey en “Los 7 Hábitos de la Gente Altamente Efectiva”, primero necesitas anhelar un objetivo, luego comprender por qué lo persigues y finalmente saber cómo lograrlo. Los hábitos te ayudarán a persistir en el esfuerzo hacia tus metas.
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